
La mujer y el hombre tuvieron el mismo rol dentro dentro de los diablos danzantes de yare hasta 1953.
En la antigüedad la mujer y los diablos de yare tenían la misma relación que los hombres conservan dentro del baile, tanto ellos como ellas bailaban y usaban las máscaras para pagar su promesa y hacer su representación del bien venciendo sobre el mal. No es sino hasta la fecha de 1953 cuando el obispo Diego Baños y Sotomayor prohíbe las danzas de mulatas e indias por cuanto la presencia de negras, mulatas e indias turbian e inquietan la devoción por considerarlas una provocación a instinto sexual del hombre.
«El hombre y la mujer participando de igual manera dentro del baile de los diablos danzantes de yare sería como ver un baile de tambor porque el erotismo sería algo que va a ser parte de el inevitablemente y no es lo que se quiere representar.»
Juan Morgado. En vida el más antiguo artesano que elabora las máscaras de los diablos danzantes de yare y también promesero.
Es por esto que cambian los estatutos para darle a la mujer un rol acorde a lo que la iglesia católica considera debe tener dentro de la sociedad, actualmente ellas tienen como tarea acompañar al hombre en el recorrido y velar por la organización del evento.
La rebeldía de la mujer poco a poco se impone
Sin embargo la rebeldía y la inercia de los tiempos actuales hacen que los roles poco a poco vayan volviendo a su lugar de origen, se conoce de mujeres que salen a bailar durante el Corpus, algunas lo hacen en momentos autorizados y otras no por lo que estamos seguros que pronto las mujeres yarenses llenaran las calles de nuestro pueblo al ritmo de la caja de los diablos de Yare.